sábado, 30 de octubre de 2010

¿Votan nuestros genes?

Hace unos días se publicó un artículo en el que se relacionaba ciertas formas de un gen con nuestras tendencias políticas. Como todos los estudios de asociación (llamados GWAS por sus siglas en inglés, ver Inmortales y perfectos, página 50) que están proliferando desde que secuenciar genomas tiene un precio asequible, son resultados que hay que valorar con precaución. Más aún si lo que se supone que definen es algo tan complejo como un comportamiento, que sin duda vendrá determinado en gran parte por factores no genéticos (el entorno). Como curiosidad, es un estudio interesante. Que nuestro comportamiento está definido en parte por los genes nadie lo pone en duda. Qué importancia tiene la herencia en el hecho que seamos liberales o conservadores es más discutible. Si queréis saber más, podéis escuchar aquí mi intervención en el programa de Luis Herrero sobre este tema.

viernes, 22 de octubre de 2010

¡Adiós, virus, adiós!

Tendríamos que estar dando saltos de alegría, pero la noticia ha pasado bastante desapercibida en la prensa. Por segunda vez en la historia de la humanidad hemos conseguido eliminar un microorganismo nocivo de este planeta. La primera, de sobras conocida, fue en los años setenta, cuando (ver Las grandes plagas modernas, p158) cuando se erradicó definitivamente la viruela. Esta vez la "víctima" quizá no es tan espectacular: el virus de la peste bovina (rinderpest), responsable de un importante número de muertes de ganado (y el correspondiente impacto económico) alrededor del mundo.

Esta era una enfermedad que hace tiempo que ya no se veía en Europa, pero que en la segunda mitad del siglo pasado aún causó muchos problemas en África y Asia. Hace 16 años que se montó la campaña de vacunación de animales para borrar este virus del mapa. Como las vacas no pueden optar por no vacunarse por motivos peregrinos, como hacemos a veces los humanos (ver Las grandes plagas modernas, p171), el éxito ha sido total.

Esta noticia es importate más allá de haber podido salvar la vida a unos cuantos miles de vacas (y de paso la economía y supervivencia de algunos países que dependen de la ganadería). Demuestra que si nos ponemos de acuerdo, no hay microbio que se nos resista (o casi), que tenemos las armas y la capacidad organizativa para frenar una epidemia si disponemos de la vacuna adecuada. Veremos más plagas de animales que serán completamente eliminadas siguiendo este ejemplo, esto seguro. Lo bueno sería conseguir lo mismo con algunos de los microbios que aún afectan a los humanos.

jueves, 14 de octubre de 2010

Nos gana hasta una flor

Una de las preguntas que más emocionaba a los genetistas antes de los tiempos del Proyecto Genoma era "Cuántos genes hay en nuestro ADN?". Pensábamos que con la secuencia del genoma humano obtendríamos automáticamente un número que nos solucionara la duda pero aquí estamos, diez años después y sin saber la cifra exacta. La última aproximación: 22.333. Parece que el rango final será alrededor de los 20.000.

Pero esta información ha dejado de ser relevante. ¿Por qué? Quizá este dato nos de la respuesta: se acaba de descubrir el ser vivo con el genoma más grande. Y no somos nosotros, esto ya lo sabíamos hace tiempo (ver Inmortales y perfectos, p.38). La ganadora es una planta con un genoma 50 veces más extenso que el humano.

Conclusión: el tamaño no importa (tanto). No es cuestión del número de genes, sino de lo que haces con ellos. Nuestras células son capaces de fabricar muchas más de las 22.333 proteínas que obtendríamos si cada gen sólo pudiera codificar una. Si el ADN es la información, las proteínas son la función. La complejidad de nuestro "proteoma" (el conjunto de proteínas) y de su regulación probablemente no tiene igual en la naturaleza. Es fascinante que nuestro genoma sea tan rico y a la vez tan sintético.

viernes, 1 de octubre de 2010

Lo bueno y lo malo

Recomiendo hoy un paseo por la revista PLoS (acceso gratuito, pero en inglés), que publica una serie de artículos sobre las farmacéuticas, con puntos de vista de los dos bandos: desde un repaso a las acciones humanitarias de las compañías (por un observador imparcial, un antiguo responsable de la ONU o ellas mismas) hasta un resumen de uno de los últimos escándalos (como algunas farmacéuticas pagaban a científicos para que escribieran artículos supuestamente imparciales dejando bien a sus productos).